Por. Miguel Ángel Pérez Merchant.

Recientemente se estrenó en México la película La Leyenda de Ochi,  y ya generó buenas expectativas, como esas historias que marcan a las personas para siempre, y es que promete llevar al público a una aventura con toboganes emocionales hasta las lágrimas. 

Lo realmente atractivo que vimos del trailer, fue el realismo al usar efectos especiales tradicionales y algunas técnicas modernas para crear la historia de Ochi una pequeña criatura de ficción, que llega a la vida de la protagonista Yuri, interpretada por Helena Zengel. 

La Leyenda de Ochi invita a los espectadores a reflexionar sobre los miedos heredados, el prejuicio hacia lo desconocido y el poder redentor de la empatía. Una cinta que, sin duda, toca las fibras más profundas de la niñez.

Con ayuda de su hermano Petro interpretado por  el actor Finn Wolfhard, Yuri se embarca en una aventura peligrosa y reveladora para reunir al pequeño Ochi con su manada. Y ella descubre que el miedo a lo desconocido es una de sus grandes luchas de su corta vida.

Isaiah Saxon, director y guionista, explicó en declaraciones a Variety que “quería crear una historia que mostrará cómo los prejuicios nacen del miedo, y cómo la empatía puede transformar nuestra percepción de lo que creemos peligroso», comentó.

Fue la apuesta de los creadores, a inmergir a los espectadores a un cine de décadas atrás donde los actores y el contacto físico con escenarios reales, limitando los efectos especiales, le dan esa experiencia inmersiva en un mundo lleno de escenarios naturales y diálogos muy humanos.