Revista Digital Interactiva

Por. Miguel Ángel Pérez Merchant

Tras la firma de una orden para retirar fondos a la radiodifusión pública en Estados Unidos, la administración del presidente Donald Trump pidió al Congreso de Estados Unidos la anulación de $1,100 millones de dólares a Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB, por sus siglas en inglés), entidad que provee fondos cruciales para la radio pública NPR y la televisión pública PBS. 

La orden ejecutiva bajo aprobación del Congreso de Estados Unidos se argumentó de esta manera: “a diferencia de 1967, cuando se estableció la CPB, hoy el panorama mediático está repleto de opciones informativas abundantes, diversas e innovadoras”,  decía la orden . “La financiación gubernamental de los medios de comunicación en este entorno no solo es obsoleta e innecesaria, sino que corroe la apariencia de independencia periodística”. Justificó Trump ante legisladores.

Esta medida forma parte de un paquete de rescisiones más amplio que asciende a $9,400 millones y que afectaría a diversos programas federales. La propuesta, presentada a principios de junio de 2025, ha reavivado el debate sobre el papel y la financiación de los medios públicos en el país. 

Desde la Casa Blanca se ha justificado el recorte argumentando que estos medios difunden «propaganda radical ‘woke’ disfrazada de noticias» o lo que considera información tendenciosa en el ámbito político, y los ha calificado como «monstruos de la izquierda radical». La administración sostiene que los recortes están dirigidos a programas que, desde su perspectiva, promueven ideologías liberales o representan un gasto innecesario.

De concretarse, la reducción de fondos tendría un impacto considerable en la radiodifusión pública, especialmente en estaciones pequeñas y rurales que dependen en gran medida del financiamiento federal otorgado a través de la CPB. 

Directivos de NPR y PBS han advertido que la medida podría llevar a la eliminación de programas e incluso al cierre de algunas estaciones, limitando el acceso a información y contenidos educativos y culturales en diversas comunidades. WFYI Public Media en Indianápolis, por ejemplo, ha declarado que perdería $1.5 millones, lo que representa el 11% de su presupuesto anual.

La organización “American Coalition for Public Radio y APTS Action, Inc.” como defensoria de apoyo a la radiodifusión pública pidió al a gente llamar a sus legisladores, “Utilice nuestro sistema de llamadas para instar a sus congresistas a votar en contra de la revocación de la financiación de los medios públicos. Después de introducir sus datos, haga clic en «Llamar a sus legisladores». reza una misiva digital.

¿Qué es propaganda woke en Estados Unidos?

Originalmente, este término surgió en la comunidad afroamericana de Estados Unidos y significaba estar alerta («despierto») a las injusticias sociales y raciales. Con el tiempo, su uso se expandió para abarcar una conciencia más amplia sobre diversas formas de desigualdad y discriminación (género, orientación sexual, etc.). 


Sin embargo, el término «woke» también ha sido adoptado por críticos, especialmente desde sectores conservadores, como una etiqueta despectiva para referirse a ideas o políticas progresistas que consideran excesivas, performativas, o que imponen una cierta ortodoxia ideológica. En este sentido crítico, se asocia a veces con la «cultura de la cancelación» o con un enfoque que, según sus detractores, puede ser divisivo o incluso contrario a la libertad de expresión

Entremedios

No hay comentarios

Deja un comentario