Revista Digital Interactiva

Por. Miguel Ángel Pérez Merchant 

La serie «Monstruo: La historia de Ed Gein» es la tercera entrega de la exitosa antología de Netflix que irrumpe nuevamente en la plataforma. Un drama true crime que explora la vida de Ed Gein, conocido también como «El Carnicero de Plainfield» ya está en streaming.

Creada por Ryan Murphy e Ian Brennan, que anteriormente cubrió las historias de Jeffrey Dahmer y los hermanos Menéndez, ahora nos presenta esta trama «Monstruo: La historia de Ed Gein» un caso de la vida real que nos estremecerá. 

Esta temporada se centra en la vida y los crímenes de Edward Theodore Gein, uno de los criminales más infames de la historia de Estados Unidos, cuyos actos de horror inspiraron a muchos de los villanos icónicos del cine de terror.

¿Quién es Edward Theodore Gein? el asesino real detrás de la trama de «Monstruo: La historia de Ed Gein»

Ed Gein

El caso de Edward Theodore Gein, conocido tristemente como «El Carnicero de Plainfield» o el «Necrófago de Plainfield», es uno de los expedientes criminales más escalofriantes y que ha tenido la mayor repercusión en la cultura popular y el cine de terror, como la serie «Monstruo: La historia de Ed Gein» que nos trajo a memoria Netflix.

 

Edward Gein (1906–1984) nació en La Crosse, Wisconsin, en 1906. Su vida estuvo marcada por el aislamiento y la influencia opresiva de su madre, Augusta Gein, que era una fanática religiosa severa que inculcó en Ed y su hermano Henry un odio hacia las mujeres, a quienes consideraba pecadoras e instrumentos del diablo. 

 

Tras la muerte de su padre y, más tarde, la misteriosa muerte de su hermano Henry (que se determinó fue por asfixia en un incendio, aunque se ha especulado sobre la participación de Ed), Ed quedó solo en la granja de Plainfield con su madre.

 

Cuando Augusta Gein murió en 1945, Ed quedó sumido en una profunda soledad y una psicosis creciente. Selló las habitaciones de su madre, manteniéndolas como un santuario, mientras el resto de la casa caía en el abandono y la miseria.

 

Llegó a tal grado su trauma que decidió vestir su casa con pieles humanas y objetos hechos con cráneos incluso un famoso traje de mujer, con corsé y leggins, que él admitió usar para “convertirse” en su madre. 

 

Aunque sus actos de profanación duraron años, el terror de Gein se hizo público en 1957, cuando le descubrieron oficialmente dos asesinatos:  el de Mary Hogan (1954), la dueña de una taberna local que desapareció sin dejar rastro. y el de Bernice Worden (Noviembre de 1957), la dueña de una ferretería.