Como agua para chocolate: Adaptaciones al cine y la TV
Como agua para chocolate: Adaptaciones al cine y la TV
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Por: Brenda Ramírez Ríos
Spoiler alert: Si no has leído “Como agua para chocolate” o visto alguna de sus adaptaciones, te recomendamos continuar con precaución.
Como agua para chocolate es originalmente una novela de Laura Esquivel que narra la historia de “Tita”, una joven que nació a finales del siglo XIX en el norte de México y cuya vida amorosa se ve opacada al revelarse que ella, por ser la hija menor, debe quedarse a cuidar a su madre, por lo que no puede contraer matrimonio.
La historia se desarrolla en el ambiente de una hacienda comandada por Mamá Elena, pero Tita, aunque su hija, se cría bajo el cuidado de Nacha, la cocinera. La vida de Tita, entre amores y sufrimientos, sucede en la cocina. En medio de los aromas de las especias y los guisos, manifiesta sus emociones en cada platillo y contagia a todos de ellas.
La novela de Laura Esquivel tuvo tal trascendencia que fue llevada al cine en 1992 bajo la dirección de Alfonso Arau. La película logró un gran éxito a nivel internacional, gracias a su estética visual, su banda sonora y su interpretación de la novela original.
Protagonizada por Lumi Cavazos y Marco Leonardi y con la dirección de fotografía a cargo de Emmanuel Lubezki, la película retrata magistralmente el México del siglo XX en épocas pre y revolucionarias sin necesidad de cambiar la trama. Al contrario, resalta cada suceso con su platillo (o receta), como tiene intención la novela; la atracción de la protagonista con Pedro y el énfasis en el destino de la hija menor en una familia de tradición forzada por el pasado complicado de su madre.
Esta interpretación fue acreedora a 10 Arieles, entre ellos, mejor película, mejor director y mejor guion. Una verdadera obra maestra del cine mexicano con una maravillosa interpretación del realismo mágico.
La historia de “Como agua para chocolate” ha sido tan icónica que fue también adaptada como obra de teatro en España y Estados Unidos, en 2004 y 2018 respectivamente y como ballet en 2023.
En 2016, Laura Esquivel publicó “El diario de Tita”, la misma historia de “Como agua para chocolate”, pero, como lo dice su nombre, en forma de diario, que además es un recetario lleno de recuerdos y fotografías. Este libro cuenta la historia de tita en primera persona y para quienes siguen esta historia, fue un detalle lleno de nostalgia.
La plataforma de streaming, Max, recientemente estrenó la adaptación en formato de serie, y se ha mantenido en los primeros lugares de popularidad, sin embargo, existen algunos detalles que causan polémica en el público.
La historia se cuenta desde la perspectiva de la sobrina tataranieta de Tita, a diferencia del libro y la película que son contadas por la sobrina nieta, hija de Esperanza. Esto quizá pueda justificar las diferencias en la trama, después de todo, las historias pierden detalles con el paso del tiempo y las nuevas generaciones.
En esta adaptación nos encontramos una historia más bien bélica, que hace mucho énfasis en la revolución mexicana y los partidos que toman las familias involucradas. La historia agridulce del amor de Tita se ve envuelta en este entorno más que en la misma hacienda, o bien, en la cocina, que es donde se desarrolla todo.
Bajo la dirección de Julián de Tavira y Ana Lorena Pérez Ríos, “Como agua para chocolate”, la serie nos muestra escenas y enemistades que no suceden en la historia original, como el hecho de representar más bien el futuro de la hija mayor como la primera que debe casarse en lugar de las intenciones de Mamá Elena de mantener a la menor sin posibilidades de un futuro independiente, más por decisión propia que por tradición. Dato curioso, en la historia original, Mamá Elena no casa a Rosaura por ser la mayor, sino por ser la más obediente y sumisa.
Otros detalles que cambian son los platillos y sus emociones. Asociamos escenas a platillos específicos y en la serie se acomodan de una forma distinta, un ejemplo son las torrejas de natas que ahora son las favoritas de Pedro y no de Gertrudis, cuando, como general pone a su tropa a seguir la receta; o el pastel de la boda de Rosaura y Pedro que debería causar indignación, frustración y rabia además de tristeza, provocando indigestión y náuseas y no sólo lágrimas.
La apariencia física de la misma Gertrudis es otro dato importante en la historia, pues originalmente se menciona que, aunque hija de José Treviño, afrodescendiente, Gertrudis en apariencia no dista mucho de sus hermanas. Es, sin embargo, cuando nace su hijo, que los genes de Treviño se hacen evidentes y esto causa un conflicto en el matrimonio de Gertrudis, por lo que se revela el gran secreto de mamá Elena. Estamos curiosos de saber cómo se manejará ese detalle crucial en el guion.
Con el ejemplo de “Como agua para chocolate”, llegamos a la conclusión de que una obra adaptada o basada en, puede tener diversos cambios, giros inesperados y muy seguramente decisiones ejecutivas que la lleven por un camino distinto, esto a juicio de productores, directores y guionistas. Pero, ¿qué tantas licencias se consideran aceptables para mantener el mismo nombre? ¿El acercamiento de la obra a una nueva generación justifica contar una nueva historia cuando la misma sigue siendo vigente? Lo dejamos a consideración del público.