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Revista Digital Interactiva

Por: Miguel Ángel PérezMerchant

 

Con la amenaza del autollamado grupo hacktivista NullBulge, de proteger los derechos de los artistas y asegurar una compensación justa por su trabajo”, y  la reciente difusión de un terabyte de información de The Walt Disney Co. se pone en evidencia un riesgo inminente de daños a la industria de la producción audiovisual en Hollywood. 

La industria del entretenimiento en California, mantiene un debate serio sobre ciberseguridad de sus instalaciones informáticas para proteger los contenidos y la secrecía de los anuncios y comunicados internos que pudieran provocar daños irreparables como los ocasionados al gigante Sony Picture Televisión en 2014.

El ataque a Sony no solo provocó despidos corporativos por filtraciones delicadas acerca de una película que versaba sobre dos periodistas que buscaban una entrevista con Kim Jong-Un. Sino una discusión diplomática acerca de la autoría norcoreana del hackeo al corporativo que produjo el filme The Interview ya que algunas conversaciones privadas entre ejecutivos eran un tanto ofensivas al citado nombre del líder coreano. 

Aunque en esta ocasión los motivos son otros, el tema serio es la vulnerabilidad de la seguridad en el interior de la meca del cine y donde actualmente se producen también producciones televisivas, series y otros productos para la industria On Demand. 

Estos casos no son aislados, Roku el gigante on demand, sufrió un ataque al robar cientos de miles de cuentas de sus usuarios y pagó 50 centavos de dólar a los ciberdelincuentes por borrar la evidencia que hicieron pública. 

El dueño de Ticketmaster denunció el robo de información de unos 500 millones de clientes. Y por si fuera poco el caso AT&T que pagó unos 370 mil dólares en Bitcoins para borrar información que los comprometía seriamente con sus clientes.

Si bien es cierto que el tema en muchas ocasiones es por dinero, el reciente casi de Disney si preocupó al centrar su demanda en  proteger derechos de los artistas, lo que supone más bien ventilar una lucha de intereses entre el avance tecnológico que desplaza mano de obra y opta por máquinas o actualmente la demanda de recursos en la nube como la inteligencia artificial. 

Collin Walke, abogado de la firma Hall Estill, que se especializa en cuestiones de ciberseguridad declaró recientemente en medios estadounidenses que  “Claro, en algunas ocasiones puede ser así -por dinero-  y en otras ocasiones tal vez se trate de seguridad nacional, pero en la gran mayoría de estos casos, se trata de dólares”.

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