Narrativa no lineal en la nueva adaptación de Pedro Páramo
Narrativa no lineal en la nueva adaptación de Pedro Páramo
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Por: Brenda Ramírez Ríos
Pedro Páramo, la emblemática novela de Juan Rulfo, ha sido objeto de varias adaptaciones cinematográficas además de la actual interpretación de Netflix, cada una con su propia visión y enfoque. A pesar de ser una obra compleja y rica en simbolismo, su influencia en la cultura popular y su capacidad para trascender las barreras lingüísticas han fomentado múltiples intentos de llevar su historia a la pantalla.
Adaptar una novela como «Pedro Páramo» presenta un desafío peculiar debido a su estructura narrativa no lineal y a su atmósfera onírica. La novela se desarrolla en un pueblo fantasma, Comala, y se adentra en la mente de sus habitantes, explorando temas como la muerte, la culpa y la identidad. Estos elementos, tan ricos en la página escrita, pueden resultar difíciles de traducir visualmente a la pantalla. Fue esta característica la que llevó al fracaso la primera adaptación de Carlos Velo en el 67 y a un alabado éxito a la más reciente adaptación de Rodrigo Prieto con Mateo Gil como guionista.
Con estructura no lineal nos referimos a que en lugar de presentar los eventos en un orden cronológico claro, Rulfo entrelaza el pasado y el presente, saltando de una escena a otra sin seguir una línea temporal definida. Esto crea una sensación de fragmentación y desorientación, similar a tratar de armar un rompecabezas con piezas faltantes.
La novela es una obra fragmentaria, con múltiples narradores y saltos en el tiempo. Adaptar esta estructura a un formato de cine es, sin duda, un trabajo extenuante, aunque seguramente muy gratificante. La atmósfera onírica y surrealista de la novela, así como el lenguaje poético y rico en simbolismos son difíciles de recrear en la pantalla sin caer en lo excesivo o lo artificial. Adaptar este lenguaje a un guion cinematográfico requiere una gran sensibilidad y cuidado. La estructura narrativa de Pedro Páramo es una de las características más distintivas y fascinantes de esta historia. Nos regala un momento de total atención a las vidas de Juan, Pedro y el pueblo otorgándonos un pequeño secreto a la vez. Si no se le pone la suficiente interés, distinguir entre la realidad, las visiones y el recuerdo, puede ser todo un reto.
Aunque el título sugiere que Pedro Páramo es el personaje central, la novela se centra en la comunidad de Comala y en las interrelaciones de sus habitantes. El pueblo de Comala es un personaje más de la novela. Es un lugar místico y decadente, donde el tiempo parece haberse detenido y la muerte es una presencia constante. La estructura fragmentada de esta novela hace alusión a la complejidad de la mente humana, más específicamente a la memoria, pues ésta tampoco es lineal y se reconstruye de forma constante. Es la forma en la que vemos el pasado. Además, genera una sensación de incertidumbre y misterio, invitando al espectador a ser detective y participar activamente de la historia.
Más profundamente, también podemos decir, que el tiempo lineal solo existe en vida, en nuestra percepción; pero en muerte, se pierde la naturaleza del tiempo. Esto, en el espectador, genera una mayor sensación de desasosiego y melancolía, lo que intensifica el impacto emocional.
La maestría con la que se ejecutó la película de 2024 nos regaló un poco de la maravilla de las historias del México revolucionario con un toque preciso de realismo mágico.