Yo soy Diana García Cabrera, soy fotógrafa y coordino parte de la información digital que sale del Secretario de Educación, Mario Delgado, aquí en la Secretaría de Educación Pública.

¿Cómo inicia tu trayectoria?

Tuve la suerte de estudiar en las muy pocas secundarias que existían hace 25 años, todavía en la Ciudad de México con el taller de fotografía. Desde los 12 años comienzo a trabajar fotografía análoga, la conozco, mi primer acercamiento es ahí y con los años estudié en la Nacional de Artes Plásticas. Yo siempre supo que quería estudiar algo referente a la fotografía y esa carrera de diseño y comunicación visual tenía la especialidad de fotografía. Después de ahí, tuve la romántica idea que tenemos muchos fotógrafos, sobre todo los que nos dedicamos a la parte del diseño, en ese entonces de tener mi estudio fotográfico. Y en ese momento tuve la invitación por parte de un fotógrafo que trabajaba en el extinto PRD, y  me invitó a hacer una entrevista para trabajar para el presidente nacional de ese partido en ese entonces. Hace 10 años, Carlos Navarrete, antes de Ayotzinapa y mi primer trabajo en política fue justo hace 10 años como fotógrafa del entonces presidente nacional del partido del PRD. Y de ahí ha sido un no parar, ha sido un cambiar de cargo, descubrí lo fantástico que es la fotografía política. Muy diferente a otra profesión. No pasé por el clásico fotoperiodismo antes, sino que yo fui directo de estudio a política.

¿Cómo llegas a ser fotógrafa de presidencia?

En primera, creo que sí fue suerte. Ahora sé que llegar a la presidencia de un partido en un equipo de comunicación no es cosa fácil. Y en ese momento considero que fue suerte. Cuando yo acudí a la entrevista para ser la fotógrafa de Carlos Navarrete, recuerdo que lo único que pensé fue, no creo que un político sea más complicado que una novia el día de su boda. Entonces, ¿qué puede pasar? ¿Qué podría fotografiar que sea más importante que una novia al día de su boda? Esa fue mi comparación, así de absurdo como se escucha. Y efectivamente, tú cuando vas a un evento social, no conoces quién es el papá, quién es la mamá, quién es el personaje o el familiar más cercano, tú solamente llegas, tienes la percepción y adelante. Y en política, en mi caso, entrando fue más o menos lo mismo. Antes que, ahora sé todo lo que tienes que saber de personajes políticos, estar atento a las noticias, todos los días, todo lo que en verdad lleva a ser una, ahora lo digo más como fotoreportera, ahora sí, comunicóloga. Pues es esa investigación, ese conocimiento que hay de fondo. Pero de forma, el estar siempre con los ojos abiertos es la base de este tipo de trabajo. Y ya de ahí las relaciones públicas. Es muy complicado en un mundo donde la violencia política de género no se ejerce solamente en las cúpulas, se ejerce a todos los niveles laborales. Ha cambiado, ha cambiado mucho en 10 años, por fortuna, para bien. 

¿Cuál consideras que ha sido tu mejor fotografía?

Lo que tiene la fotografía política es que la mejor foto es la que en ese día comunica lo que sucede. Cuando era cámara de diputados, pues era la noticia, era qué está sucediendo. Cuando era Morena, era la gente, era el candidato, era la multitud. Y yo recuerdo que la sensación que buscaba era que sí hubiera esa foto, que yo estuviera orgullosa de que era la que mostraba lo que yo sentía en ese momento, en ese evento y que era la que representaba ese día, ese evento, ese movimiento.

Yo salgo con la mirada de cuál va a ser la mejor foto de hoy, no cuál es la mejor foto que voy a tener. Y la suerte es que con ese gusto que cubro las cosas durante la precampaña que acompañamos a la en ese entonces, todavía era Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, la doctora Claudia Sheinbaum. Recuerdo que estábamos en un evento en Morelos y yo apenas estaba viéndole el ángulo, era un evento muy pequeño. Y era de a puertas cerradas, es decir que era interno, nada más era con militantes. Así que tenemos la facilidad de movernos por todos lados. Y de ese momento sale la foto que todos vieron toda la campaña, que es la de Claudia con el puño arriba. Y pues yo la tomé ese día y dije, esa es la mejor foto de hoy, ¿no? o sea, me encanta ella fuerte, ella empoderada, ella ni siquiera viendo a la cámara sino que viendo la gente. O sea, a mí me gustó mucho esa fotografía desde el día uno. Y pues, oh sorpresa, esa fotografía, pues llegó a ojos de la precandidata y se quedó en la campaña para la precampaña. Y después, la imagen era tan poderosa que trascendió a ser una de las imágenes de la campaña. Y ahora me ha tocado verla transformada en dibujos de niños por todo el país, incluso en los calcetines del puesto de Andrés Manuel, o sea, se vuelven íconos.

¿Cómo es un día en tu trabajo?

Pues, no hay horarios. Actualmente en la secretaría es un poco más tranquilo, porque el secretario suele tener agenda en la Ciudad de México, al igual que la presidenta, y salimos viernes, sábado y domingo con la presidenta, o también giras internas. El secretario es un gran personaje que recorre el país y lo ha recorrido desde el día uno. Desde el día uno que trabajamos, es más, desde cámara de diputados, el hombre salía y cubría. El día a día es una moneda al aire. Yo termino mi día las 11 de la noche, 11, 12, que me mandan la agenda. La agenda me la mandan de un día al otro. Y dependiendo de esa agenda es que nos amanece. Puedes tener un evento a las 7 de la mañana, entonces estar listo. Y así como puedes tener agenda del día y llevarte un día tranquilo. Lo que tengo que tener listo la mayor parte del tiempo es el equipo perfecto con las pilas cargadas, memorias vacías, archivo hecho. Si tengo un rato tranquilo en la oficina, lo hago. Y tener todo listo, no sé cómo decirlo, no son días normales. Casi, los vuelos, suelo saber algo de mi agenda porque me compran los vuelos un par de días antes. Y entonces ya sé a dónde voy a ir, tengo el vuelo de ida y el vuelo de regreso, es todo lo que tengo. Entonces literal solo preparo las memorias, el equipo. Y veo el clima del lugar al que voy, no tengo nada de agenda. La ropa que más cómoda y que más me quede para ese día y listo. Gorra, bloqueador solar, manga larga, tenis, ropa cómoda y saber que a donde vayas y que vas a estar para arriba y para abajo. Intento desayunar todos los días, así sean las 4 de la mañana, desayuno. Porque si no, sé que cualquier cosa va a ser que mi día no me permita tener una alimentación normal. Entonces casi siempre a la hora que salga que sepa que tengo que salir de casa, desayunar y listo, estar, estar preparada para cualquier bomberazo.

¿Cómo es ser mujer en esta industria?

Lo considero una ventaja. En un principio me conflictuaba el tamaño, en primera el tamaño. Porque efectivamente llegas y ahí los hombres suelen ser más fornidos, la ventaja de ser más altos. Y es más fácil, incluso, que se metan por la fuerza física en los eventos. Pero como aprovechándome de mi tamaño, creo que también es esta cosa de ser como el salitre. Yo entro, soy simpática, veo con quién hablo, yo llego y observo. Con quién puedo hablar para entrar antes, en vez de ejercer un papel dominante o decir soy. Creo que en mi caso ha sido una ventaja la cobertura como mujer. Porque te ven como indefensa, ¿no? pero pues nada que ver. Se han sorprendido con la facilidad con la que puedo colarme, saltar vallas, cargar equipos. Mi fuerza física es mucha, aunque soy pequeña. Yo no le digo no a cargar equipo, a andar corriendo, a aguantar meetings, marchas larguísimas o de horas. La cobertura política exige mucho, mucho esfuerzo físico. Y la ventaja es como sé que soy pequeña, digamos, me esfuerzo más en cuidarme, en alimentarme bien, dormir bien. Porque sé que para mí eso va a ser una súper ventaja, porque un hombre que da por hecho que su físico lo va a ayudar. Pues muy seguramente va a llegar desgastado, desvelado, tarde. Y yo no dejo esas cosas, yo no tomo esas cosas a la ligera. Sólo llegar siempre antes, una hora antes a casi todos mis eventos. Veo el lugar, veo por donde me voy a mover, veo con qué personas voy a lidiar, tipo de iluminación, todo. Y entonces cuando llega el momento, pues estoy más preparada que alguien que no llegó a ver todo. O sea, inteligencia contra físico, más que nada.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de tu trabajo?

La mejor experiencia hasta ahora, yo tengo una frase que utilizo en mis redes sociales que dice que cada vez me ignora gente más importante.

De las mejores experiencias que me ha dado estar con este líder político en específico es que he conocido personas de cerca como Evo Morales, José Mujica, e incluso pues que la propia presidenta de México me conozca como Dianita, ¿no?. Para mí eso, estar en el war room del día de las elecciones, de la primera presidenta mujer. Yo creo que es una de las momentos que me voy a llevar a la tumba. Es uno de los momentos más trascendentales como fotógrafa política. Porque te das cuenta de que estar detrás de la cámara es un papel sumamente importante. No lo sé, a mí me causa un placer excepcional. Y ese día, el día de, yo creo que ha sido una de las experiencias más felices en mi vida. Ver el grito de la presidenta diciendo, ganamos, ¿no? mi jefe y saber que el trabajo de toda esa campaña, de ese trabajo de campaña que se hace territorial, de estar tres meses todos los días durmiendo una media de cuatro o cinco horas, cuatro meetings en un día, saber que rinde frutos y sobre todo que esas personas que tú sigues van a dar resultados. Eso creo que también es otra cosa sumamente importante.

Estar, en mi caso, en un movimiento en el que creo. Yo no creo que sería capaz de transmitir lo que transmito en imágenes, si no fuera porque creo en este movimiento y creo en los líderes con los que yo he trabajado.

¿Qué consejo le darías a quien inicia en la industria?

Además de volverte un experto en tu equipo, tu equipo, que no tengas que pensar en dónde está el botón y todo, o sea, la parte técnica, uf, yo creo que en mi caso, el consejo sería, cuida las relaciones públicas, conoce a la gente, nunca sabes quién, o sea, insisto, yo llegué por un amigo de un amigo que incluso creo que lo conocí por redes a este amigo.

Nunca sabes quién va a ser la persona que te vaya a ver, haz todo con gusto, con pasión, o sea, tienes que enamorarte de lo que haces. Yo sé que suena romántico, ¿no? Si amas lo que haces no vas a trabajar nunca en tu vida, es mentira, es muy cansado, pero pues sí es, en verdad, amen lo que hacen, amen lo que hacen y en el caso de querer llegar a ser fotógrafo de un movimiento político, pues toca puertas, toca puertas sin miedos y este, que en algún momento alguien va a ver tu talento y ese talento va a poder llegar a la puerta correcta, pero pues el que no habla, Dios no lo escucha, confía, confía, confía, sé perseverante, e insisto suena muy romántico, pero es que en verdad, o sea, tienes que tocar puertas y una vez estando ahí, cuida tu cuerpo, cuida tu alimentación, lee, infórmate, intenta ser el mejor en tu área y pues es esa manera difícilmente alguien. Recuerda que el experto en ese lugar eres tú, entonces, lo más vivo que puedas, errores cometemos todos, tranquilo, no pasa nada, tranquila, no pasa nada y en mujeres, wow, este es el momento, es el momento sin miedo, yo creo que ahora ya vienen generaciones sin prejuicios, con menos prejuicios de los que yo tenía y ahora pues, que el que te pregunten si eres hombre, mujer o tu preferencia, no sea importante, lo importante es que es una persona que la apasiona lo que hace y que no tiene miedo a estar ahí dándolo todo y haciéndo lo lo mejor que puede.