Desierto de Samalayuca
Desierto de Samalayuca
Turismo de Producción: Destinos de rodaje

Por: Brenda Ramírez Ríos
El desierto de Samalayuca, con su paisaje de dunas hipnóticas y cambiantes, ha servido como un lienzo natural y extraterrestre para numerosas producciones cinematográficas de culto. Su vasta extensión y atmósfera desolada lo convirtieron en el perfecto planeta Arrakis en la versión de “Dune” de 1984, dirigida por David Lynch, compartiendo crédito en el mismo año con otra épica de fantasía, “Conan el destructor». La arena chihuahuense también viajó en el tiempo para producciones más antiguas del cine de arte y vanguardia. el director Luis Buñuel eligió este sitio para la sátira surrealista “Simón del desierto” de 1965, y el cineasta chileno Alejandro Jodorowski lo utilizó para su emblemática y psicodélica película “El Topo” en 1970 consolidando la reputación de Samalayuca como un escenario de otro mundo.
Los Médanos de Samalayuca son un espectáculo natural de dunas de arena blanca que cubren una extensión importante al sur de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, México. Este ecosistema forma parte del Desierto de Chihuahua, uno de los desiertos más grandes de Norteamérica. Las dunas, que alcanzan varios metros de altura, son el resultado de la erosión eólica y la acumulación de arena a lo largo de miles de años. Más allá de su valor escénico, la zona es reconocida como un área de protección de flora y fauna, lo que subraya su importancia ecológica. Este entorno árido y dinámico atrae a cineastas y fotógrafos, así como también a turistas interesados en actividades como el sandboarding y el ecoturismo, ofreciendo un contraste sorprendente con el paisaje montañoso circundante.
Dado que los Médanos de Samalayuca son un área natural protegida bajo la administración de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, cualquier proyecto de filmación o fotografía que requiera equipos especializados o un equipo numeroso, debe obtener permisos específicos.
Es crucial que las productoras se adhieran a las directrices de la ANP, lo que incluye transitar solo por caminos establecidos, evitar la perturbación de la vida Silvestre y la extracción de cualquier material, así como asegurar el manejo adecuado de residuos. Las altas temperaturas durante el día y el frío extremo por la noche, además del fuerte viento, son factores logísticos y de seguridad que deben ser considerados en la planificación.
