Eslanda Goode Robeson trascendió las convenciones de su época.
Eslanda Goode Robeson trascendió las convenciones de su época.
Por: Brenda Ramírez Ríos
Eslanda Goode Robeson dejó una marca indeleble en el arte, la ciencia y la lucha por la justicia. Su incursión en el mundo del cine, con participaciones en películas como «Borderline», «Jericho» y «Big Fella», reveló su versatilidad y talento artístico. Estas experiencias, aunque significativas, fueron solo una muestra de una vida multifacética.
Eslanda dejó su prometedora carrera como jefa de química histológica en el Hospital New York-Presbyterian para convertirse en la estratega y administradora de la carrera de su esposo, Paul Robeson. Su visión y capacidad de gestión fueron cruciales para su ascenso a la fama.
Pero Eslanda era mucho más que la esposa de un célebre artista. Su formación científica, con un título en química de la Universidad de Columbia, le proporcionó una base sólida para analizar el mundo que la rodeaba. Esta perspectiva analítica se reflejó en su trabajo como escritora, donde plasmó sus observaciones y reflexiones sobre la sociedad, la política y las relaciones raciales. Su biografía de Paul Robeson, «Paul Robeson, Negro», publicada en 1930, fue una «radiografía» de la vida de su esposo, mostrando tanto sus fortalezas como sus debilidades. En ella, Eslanda no dudó en revelar aspectos de su personalidad que otros habrían preferido ocultar, generando controversia pero también una visión más completa del artista.
Su activismo fue una extensión natural de su compromiso con la justicia. Junto a su esposo, alzó su voz contra el colonialismo y la discriminación racial. La fundación del Consejo de Asuntos Africanos fue un testimonio de su dedicación a la lucha por la liberación de los pueblos africanos.
A pesar de los desafíos y la persecución durante la era McCarthy, Eslanda nunca renunció a sus ideales. Continuó trabajando como corresponsal de la ONU para la revista «New World Review» y defendiendo la descolonización de África y Asia. Su legado perdura como un faro de resistencia y un recordatorio del poder de una vida dedicada a la justicia y la igualdad.