La obra de Tait se caracteriza por su poesía visual, su uso del montaje y su enfoque en lo cotidiano. Sus películas exploran la relación entre las personas y su entorno, y muchas de ellas están ambientadas en Escocia, capturando la belleza agreste y la atmósfera misteriosa de este país. Tait era una cineasta experimental que desafió las convenciones narrativas y exploró nuevas formas de contar historias.

Tait tuvo dificultades para obtener financiación y reconocimiento por su trabajo, y a menudo fue pasada por alto por la crítica y el público, pero, a pesar de estos desafíos, Tait perseveró y continuó haciendo películas que reflejaban su visión única del mundo. Hoy en día, su obra está siendo redescubierta y valorada como una contribución importante al cine escocés y al cine de mujeres en general.

El legado de Margaret Tait como cineasta es innegable. Su trabajo ha inspirado a generaciones de cineastas y artistas, y su influencia se puede ver en el cine escocés contemporáneo. Tait demostró que el cine puede ser poético, personal y profundamente conectado con el lugar y la cultura. Su obra es un testimonio de la fuerza y la visión de una mujer que se negó a ser definida por las limitaciones de su tiempo.