Lilian Friedman Astor: Pionera en la animación estadounidense
Lilian Friedman Astor: Pionera en la animación estadounidense
Por: Brenda Ramírez Ríos
Lilian Friedman Astor fue una figura irremplazable en la historia de la animación, reconocida como la primera animadora en trabajar en un estudio en los Estados Unidos. A pesar de su talento y dedicación, su contribución permaneció sin el reconocimiento adecuado en los créditos de las producciones en las que participó.
Nacida en Nueva York, en 1912, Astor mostró un temprano interés en las artes visuales. Asistió a la secundaria Washington Irving High School, donde se especializó en animación y diseño gráfico. Esta formación sentó las bases para su futura carrera.
El camino de Friedman Astor hacia la animación no fue inmediato. Tras ser rechazada por Disney, un revés que no mermó su determinación, fue contratada por Fleischer Studios en 1930. Inicialmente, su rol estaba centrado en los acabados finales, una etapa crucial en la producción de animación que implica el entintado y la opacidad de los dibujos.
Durante sus primeros años en el estudio, fue significativamente influenciada por James “Shamus” Culhane, una figura prominente en Fleischer Studios. Esta influencia y su evidente habilidad, la llevaron a ser ascendida al cargo de asistente y, posteriormente, a formar parte del equipo de tweening. En el tweening, Friedman demostró una notable destreza al dibujar las imágenes intermedias que crean la ilusión de movimiento fluido entre dos dibujos clave.
Gracias a su talento y dedicación, en 1933, Culhane la ascendió “secretamente” a animadora. Este ascenso le permitió crear contenido original y ejercer su creatividad de una manera más profunda. Trabajó estrechamente con el equipo de Myron Waldman, otra figura influyente en Fleischer Studios. A lo largo de su carrera, Friedman Astor animó varios episodios de icónicas series animadas, incluyendo Betty Boop, Popeye y Hunky and Spunky.
A pesar de su inestimable contribución, Lilian Friedman Astor sólo fue acreditada en seis de los cortos a lo largo de su carrera. Un ejemplo notable de su trabajo no reconocido es un corto de Popeye de 1934. Sin embargo, su trabajo de animación se puede apreciar en varias producciones, como Betty Boop’s Prize Show (1934), Making Stars (1935), Pudgy Takes a Bow-Wow (1937) y Hawaiian Birds (1936). También es reconocida por animar varias escenas en el aclamado Popeye the Sailor Meets Sindbad the Sailor (1936).
El trabajo de Lilian Friedman Astor, trasciende la escasez de créditos en pantalla. Su trabajo como la primera animadora en un estudio estadounidense, la establece como una pionera, cuyo talento y perseverancia abrieron las puertas para una mayor inclusión en la industria de la animación.