Cercle Odyssey Tecnología Inmersiva en 360°
Cercle Odyssey Tecnología Inmersiva en 360°
Por: Brenda Ramírez Ríos
El espacio se expande. No hay límites definidos, sólo la promesa de un viaje. Cercle Odyssey emerge, no como un evento, sino como una inmersión total. Música, arte, emoción convergen en una danza sinestésica.
La clave reside en la visión. Conectar a la humanidad con la naturaleza, amplificar el instante a través de la tecnología. Neels Castillon dirige esta orquesta visual. Sus pinceladas digitales se proyectan en 2300 m² de pantallas 8K. No son meros fondos; son paisajes vivos, emociones palpables sincronizadas con cada nota.
La producción es un ballet de precisión. En lugar de diodos emisores, proyectores. Una decisión consciente, un susurro a la tierra. Menos traslado, menos energía consumida. El sonido envuelve, 72 altavoces L-Acoustics tejiendo una malla sonora tridimensional. IRCAM Amplify esculpe el audio en el espacio, la música se mueve, respira.
Pero la magia se gesta antes, en el reino virtual. Cercle Odyssey colabora con Meta y Mathematic. Un Meta Quest se convierte en una ventana a la realidad futura. Dentro, el espacio del evento cobra forma digital. Las pantallas gigantes existen, palpables. El contenido visual se proyecta, escala real. El equipo camina, observa, siente. La sincronización con la música se afina, cada pulso visual encuentra su eco sonoro. Editar se vuelve intuitivo, gestual, una conversación directa con la experiencia.
La colaboración es simbiótica. Meta aporta la plataforma inmersiva. Mathematic, la maestría en efectos visuales. Cercle, la visión artística y la conexión con los músicos. Juntos, forjan una herramienta que redefine la preproducción de eventos a gran escala.
Para el espectador, la inmersión es completa. Al cruzar el umbral, el mundo exterior se desvanece. Los teléfonos reposan sellados, la atención se centra. Solo la experiencia importa. Al final, no quedan solo recuerdos fugaces. Una carpeta digital emerge, un eco tangible del viaje vivido, fotos y videos para revivir la sinfonía sensorial.
Cercle Odyssey no es un espectáculo; es un estado. Una conexión profunda, mediada por la tecnología, amplificada por el arte, vivida en comunidad. La naturaleza, la música, la emoción, entrelazadas en un abrazo inmersivo.