Comerciales muy mexicanos:
Bimbo y Sidral Mundet
Comerciales muy mexicanos:
Bimbo y Sidral Mundet
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Por: Brenda Ramírez Ríos
La publicidad, más allá de promocionar un producto, a menudo se convierte en un espejo de la cultura y los valores de una sociedad. En México, dos campañas publicitarias han logrado resonar profundamente con la audiencia al capitalizar el arraigado sentido de identidad nacional: «Bimbo con M de México» y «Sidral Mundet, hecho a la mexicana». Ambos comerciales van más allá de una simple venta. Buscan establecer una conexión emocional al asociar sus marcas con elementos intrínsecos de la mexicanidad.
En esta radiografía, analizaremos en detalle las estrategias de cada campaña, desglosando sus componentes visuales y auditivos, sus apelaciones emocionales y sus narrativas implícitas, además de las similitudes que podamos encontrar.
Con esta campaña, Bimbo, busca consolidar sus productos de panadería como sinónimo de la esencia del país. El mensaje central asocia la «M» de BiMbo con la «M» de México, sus Montañas, sus Madres y su Maestría, posicionando el pan no solo como alimento, sino como un producto nacido del trabajo y los valores mexicanos. Esta estrategia aborda la necesidad de conexión emocional y orgullo nacional, construyendo confianza al presentarse como una marca intrínsecamente mexicana.
Está dirigida a la población mexicana en general, sin distinción de edad, la campaña apela a un sentimiento colectivo de identidad y pertenencia. Visualmente, el comercial despliega paisajes icónicos de México y escenas de la vida cotidiana, donde el pan Bimbo siempre está presente, a menudo como un centro de unión familiar. Los colores cálidos y naturales, junto con sutiles referencias a los colores de la bandera, refuerzan la calidez y el arraigo. La cinematografía dinámica utiliza planos generales para la grandiosidad de los paisajes y primeros planos en los rostros, enfatizando la humanidad y el esfuerzo. El ritmo inspirador y emotivo se complementa con una música evocadora del orgullo nacional. Una voz en off profunda e inspiradora recita frases poéticas que vinculan la «M» de Bimbo con aspectos positivos del país. La narrativa no es lineal, sino una sucesión de ideas que consolidan el mensaje de que «consumir Bimbo es consumir México». Esta campaña es altamente efectiva, capitalizando el valor del «Hecho en México» y el apoyo a lo local.
Por su parte, Sidral Mundet enfoca su estrategia en el concepto de estar «Hecho a la mexicana», un sello que engloba calidad, sabor auténtico e ingenio. Este refresco de manzana se posiciona como el acompañante ideal para la gastronomía mexicana, no solo como una bebida, sino como una expresión de la cultura culinaria del país. Su público objetivo son los amantes de la comida mexicana, las familias y quienes se sienten orgullosos de sus raíces.
Las imágenes se centran en escenas cotidianas alrededor de la comida: familias en la mesa, puestos de tacos y una diversidad de platillos típicos (mole, pozole, chiles en nogada), todos disfrutando de la compañía y la gastronomía. Predominan los colores vivos y apetitosos que evocan la riqueza culinaria. La dirección de cámara se enfoca en los platillos y las expresiones de disfrute, con la botella de Sidral Mundet siempre como parte integral de la experiencia. Un elemento visual distintivo es el travel constante hacia la derecha en sus tomas. El ritmo es alegre y dinámico, realzado por una música folclórica o con influencias mexicanas contemporáneas y efectos de sonido de la comida (crujidos, burbujeos). Una voz en off amigable y cercana enfatiza que «hecho a la mexicana» es sinónimo de calidad e ingenio. El comercial conecta con la felicidad de compartir la mesa y la importancia de la familia, posicionando a Sidral Mundet como el refresco indispensable para cualquier platillo mexicano. Su éxito radica en su larga historia y en cómo refuerza el arraigo y la tradición de la marca, capitalizando el reconocimiento y el valor del concepto «a la mexicana» en la cultura popular.
Ambas campañas son ejemplos magistrales de cómo las marcas utilizan la identidad nacional y el orgullo cultural para forjar una conexión profunda con sus consumidores. Tanto Bimbo como Sidral Mundet demuestran que la publicidad efectiva no se limita a vender un producto; se trata de vender un sentimiento, una pertenencia y una celebración de lo que significa ser mexicano. A través de elementos visuales, auditivos y narrativas cuidadosamente construidas, estas marcas logran integrarse en el imaginario colectivo como parte fundamental de la identidad cultural del país.