La tremenda corte
Un legado de humor inmortal en Latinoamérica
La tremenda corte
Un legado de humor inmortal en Latinoamérica
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Por: Brenda Ramírez Ríos
“La tremenda corte”, un icónico programa de comedia radial cubana, ha trascendido generaciones para convertirse en un referente del humor en el continente. Su éxito se cimentó en personajes entrañables, guiones ingeniosos y un formato que, a pesar de los años, sigue provocando carcajadas.
La gestación de “La tremenda corte” se atribuye al prolífico humorista español nacionalizado cubano Cástor Vispo. En 1941, durante la segunda guerra mundial, Vispo y su equipo de producción de Radiocentro CMQ en La Habana buscaron talentos que pudieran aliviar las tensiones de la época con humor. Encontraron en Leopoldo Fernández (quien daría vida a Tres Patines) y Aníbal de Mar el dúo perfecto, que ya gozaba de reconocimiento como “Pototo y Filomeno”.
El programa inició sus transmisiones el 7 de enero de 1942 en la emisora RHC-Cadena Azul. Para 1947, “La tremenda corte” se trasladó a CMQ Radio, una emisora rival que ofrecía mayor competitividad y donde el programa se transmitió ininterrumpidamente hasta 1961. Los episodios se emitían en vivo tres veces por semana, de lunes a viernes a las 8:30 pm, patrocinados por empresas de perfumería y jabones.
La esencia de “La tremenda corte” radica en su escenario principal: un juzgado. Cada episodio presenta un caso en el que el tremendo Juez intentaba impartir justicia entre las acusaciones y enredos provocados, casi siempre por el pícaro José Candelario Tres Patines. Este personaje central, con su maestría en el juego de palabras, los dobles sentidos y su peculiar lógica, convertía cada testimonio en una comedia de enredos. Los temas cotidianos, las confusiones lingüísticas y las pillerías de Tres Patines eran el motor de la trama que se desarrollaba en aproximadamente quince minutos, culminando con la sentencia del juez, a menudo una multa para el incorregible protagonista.
El formato original de “La tremenda corte” fue el radial, donde alcanzó éxito masivo y se estima que se grabaron más de 360 programas. Tras la Revolución Cubana y la intervención estatal de los medios en 1960, la producción del programa cesó en Cuba en 1961, llevando a la mayoría del elenco principal a exiliarse. Sin embargo, su legado estaba lejos de terminar.
Los derechos de muchos episodios fueron adquiridos por Abel Mestre, exejecutivo de CMQ, quien los vendió a diversas emisoras de radio latinoamericanas. A mediados de la década de 1960, el programa resurgió en México, donde la emisora XEFB-AM de Monterrey comenzó a retransmitir los episodios grabados. El éxito fue tal que motivó una adaptación televisiva en 1966. Televisión Independiente de México (Cadena TIM), a través de los canales 6 de Monterrey (XET-TV) y 8 de la Ciudad de México (XHTM), produjo tres temporadas y media, finalizando en 1969. Solo Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar del elenco original retomaron sus papeles. La serie de televisión, a pesar de las limitaciones técnicas de la época, fue pionera en la exportación de comedia mexicana a otros países latinoamericanos. Posteriormente, en Perú, Panamericana Televisión (canal 5) adquirió los derechos y produjo las adaptaciones “El Guardián Tres Patines” (1969) y “Tres Patines en su salsa” (1970), aunque con menor relevancia.
La conexión con el público de su versión original, se basó en un humor blanco e inteligente, que no recurría a la vulgaridad. “La tremenda corte” reflejaba la idiosincrasia popular cubana y el teatro costumbrista, lo que le otorgó una autenticidad y una familiaridad que resonaron profundamente en América Latina. La espontaneidad y el talento de improvisación de los actores, combinados con guiones pulcros, crearon una experiencia auditiva única que estimulaba la imaginación del radioescucha.
A pesar del paso del tiempo y las nuevas tendencias en la comedia, “la tremenda corte” sigue siendo un fenómeno cultural. Sus episodios grabados continúan transmitiéndose en emisoras de radio de más de una docena de países latinoamericanos, incluyendo México, República Dominicana, Perú, Panamá y Estados Unidos.