Leonora in the morning light
El surrealismo en el cine
Leonora in the morning light
El surrealismo en el cine
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Radiografía: desmenuzando la pantalla
Por: Brenda Ramírez Ríos
El reciente estreno de “Leonora” o «Leonora in the morning light», la película biográfica sobre la artista británica Leonora Carrington, basada en el libro “Leonora” de Elena Poniatowska, es un fascinante ejercicio cinematográfico que logra sumergir al espectador en el universo interior de la pintora. Dirigida por Thor Klein y Lena Vurma, la película va más allá de los hechos históricos para convertirse en una experiencia sensorial que celebra el arte como catarsis.
El título en inglés es un guiño directo a una pintura de Max Ernst, “Leonora in the morning light”. Esta elección de nombre es sumamente simbólica, ya que no solo evoca el legado de Ernst, su pareja y mentor, sino que también sugiere un amanecer, un despertar para Leonora, quien finalmente encuentra su propia voz artística fuera de su sombra. Esta perspectiva matizada se refleja también en la producción global de la película, una colaboración entre Alemania, México, el Reino Unido y Rumania. Dicha integración de varios países resalta el viaje transfronterizo de Carrington, uniendo su herencia británica, su inmersión en el surrealismo europeo y su renacimiento creativo en México, que se convertiría en su hogar y fuente de inspiración.
La película se ve reforzada por sus locaciones, que sirvieron como extensión del mundo interior de la artista. Un lugar clave en el rodaje fue el jardín escultórico de Edward James en Xilitla, San Luis Potosí, conocido como Las Pozas. Este paraíso surrealista, construido por un mecenas y amigo de Carrington, fue el escenario ideal para capturar la esencia de su obra. Las esculturas de concreto que se elevan entre la selva no son sólo escenarios, sino símbolos de la libertad creativa que Carrington encontró en México. El jardín, un espacio donde la arquitectura desafía la lógica y la naturaleza se fusiona con el sueño, refleja la misma búsqueda de autonomía artística y la conexión con el mundo místico que caracterizó la obra de Leonora. Al filmar en las Pozas, la película materializa en la pantalla el universo onírico de los surrealistas.
El gran acierto de los directores radica en su decisión de no intelectualizar la figura de Carrington. En lugar de ofrecer una lección de historia del arte, la película busca transmitir sensaciones y emociones. La pantalla se convierte en un lienzo donde los directores pintan con luz y movimiento, capturando la atmósfera onírica y esotérica que definió la obra y la vida de Leonora. Esto se refleja en la escenografía, la iluminación y la fotografía, que buscan evocar la paleta de colores y las formas de la pintura, transportando al público a un estado de vigilia y ensueño.
Para conseguir esta autenticidad, el equipo de producción se adentró en el mundo surrealista de la artista. Los directores incluso se inspiraron en anécdotas y detalles de la vida de Carrington, como sus intereses en el ocultismo y el tarot, integrando estos elementos en el proceso creativo del rodaje. Las actrices Olivia Vinall, que Encarna a Leonora, y Cassandra Ciangherotti, en el papel de Remedios Varo, tuvieron sesiones de tarot en el set, una práctica que ayudó a las intérpretes a entender la profunda conexión entre el arte y la espiritualidad que compartían las artistas en la vida real.
A diferencia de una exposición convencional, el filme permite que el público no sólo vea la obra de Carrington, sino que también entienda el tormento emocional y el viaje de autodescubrimiento que dieron forma a su creatividad. La película muestra el arte como el resultado de una lucha personal, un medio para procesar el dolor, la pérdida y la búsqueda de la identidad. Es un recordatorio de que, para Leonora Carrington, el arte era una forma de vida, una manifestación de su espíritu rebelde y una puerta a su mundo interior. “Leonora in the morning light” no sólo es una película de arte, en sí misma, es una obra de arte.