Baby Driver / Banda sonora
Baby Driver / Banda sonora
Por: Brenda Ramírez Ríos
“Baby Driver” (2017) del director Edgar Wright es mucho más que un thriller de acción con buena música, es una ópera rock de persecuciones automovilísticas, donde el soundtrack es el motor y el ritmo de la narración. La cinta establece un vínculo sin igual entre el ritmo cinematográfico y el compás musical, convirtiendo cada escena en una pieza de acción rítmica perfectamente sincronizada.
La premisa central de la película justifica esta fusión: el protagonista, Baby, un joven y talentoso conductor de escape, sufre de tinnitus. Para silenciar el constante zumbido en sus oídos y rendir al máximo, debe escuchar su banda sonora personal a través de sus Ipods en todo momento. Para él, el mundo funciona al ritmo de su Playlist.
El uso de la música es tan fundamental que Edgar Wright concibió y escribió el guión alrededor de las canciones. Desde el primer borrador, el 90 % de las canciones ya estaban seleccionadas, lo que permitió que cada movimiento de cámara, cada cambio de marcha, cada línea de diálogo y hasta los disparos se sincronizaran con la música. La meticulosidad en la producción es legendaria; los actores, de hecho, rodaron las escenas de acción escuchando las canciones designadas para ellas.
Este enfoque convierte la película en una experiencia audiovisual inmersiva. Por ejemplo, en la icónica secuencia de apertura, la frenética persecución está perfectamente marcada por el garage rock de “Bellbottoms” de Jon Spencer Blues Explosion.
Baby Driver Opening Scene (2017) | Movieclips Coming Soon
Más tarde, la violencia del punk de “Neat neat neat” de The Damned acompaña una escena de robo con una energía cruda y llena de adrenalina.
The Damned – Neat Neat Neat («BABY DRIVER» Movie Scene)
La banda sonora es un vasto y exquisito muestrario de géneros y décadas, compuesto por unas 30 canciones. Lejos de ser una colección aleatoria, cada pista fue elegida por su estructura dramática y su capacidad para reflejar el estado emocional o la acción del protagonista.
El soundtrack abarca desde el Funk y el Soul clásico de Barry White (“Never, never gonna give you up”) «Never Gonna Give You Up» scene | Baby Driver (2017) y Carla Thomas (“B-A-B-Y”), Carla Thomas – B-A-B-Y («BABY DRIVER» Movie Scene) hasta el Glam Rock de T. Rex (“Debora”) Baby Driver (Oh Debora, always look like a Zebra) y el Rock progresivo de Queen (“Brighton Rock”). Baby Driver-Brighton Rock Scene Esta última con su épico solo de guitarra de Bryan May, se usa magistralmente para subrayar tanto un momento de exhibición al volante como un tenso enfrentamiento posterior, cargando la canción con un profundo significado emocional.
Las canciones incluso cumplen una función de caracterización y presagio. Los temas románticos reflejan la inocencia y el anhelo de Baby por una vida mejor junto a su amada Debora (Sí, como la canción de T. Rex).
En esencia, la música en Baby Driver no es sólo un gran acierto; es el lenguaje del protagonista y el pulso narrativo de la cinta. Al fusionar la acción y la melodía en una coreografía continua, Edgar Wright elevó el thriller de acción a la categoría de musical moderno, donde el baile son las maniobras automovilísticas y la orquesta es una Playlist cuidadosamente seleccionada. El resultado es una obra singular y atemporal que se disfruta y se escucha a través de los ojos.