Dancer in the Dark
Diseño Sonoro y banda sonora
Dancer in the Dark
Diseño Sonoro y banda sonora


Por: Brenda Ramírez Ríos
La película “Dancer in the Dark” del año 2000, dirigida por Lars Von Trier y protagonizada por Björk es un experimento radical de integración de la música con el sonido en forma de drama musical. La banda sonora, conocida como “Selmasongs”, creada también por Björk y el diseño sonoro ambiental son inseparables, formando el tejido emocional y narrativo de la película a través de un concepto llamado “realismo musical”.
La clave de la película reside en la protagonista Selma Ježková, quien escapa de la cruda realidad de su ceguera progresiva y su dura vida laboral fantaseando con ser parte de un musical al estilo de la Edad de Oro de Hollywood.
Las escenas de la vida real de Selma son filmadas con cámaras de mano de baja calidad (el Dogma 95 de Von Trier), y el diseño sonoro es áspero, crudo y naturalista. Se escuchan los ruidos de la fábrica en donde trabaja, los crujidos de la madera, y las voces sin adornos.
Pero cuando Selma se sumerge en sus fantasías musicales, la imagen se transforma en colores vibrantes y cámaras fijas. Lo más importante, el sonido se eleva a un nivel de majestuosidad orquestal.
El diseño sonoro de la película rompe con la convención de que las canciones deben ser elementos puramente diegéticos (sonidos que existen en el mundo de la película) o no diegéticos (música de fondo). Aquí, el sonido ambiente de la realidad de Selma se convierte en la base rítmica de su fantasía.

El ejemplo más famoso es la canción “Cvalda” (coescrita con Catherine Deneuve), que tiene lugar en la fábrica.
El sonido se graba:
El equipo de sonido grabó los ruidos reales de las máquinas de la fábrica, los golpes de las prensas, el chirrido de las correas transportadoras, el click de los engranajes.

El ruido se ritmiza:
Estos ruidos industriales son meticulosamente sampleados, ecualizados y sincronizados para convertirse en el beat y la percusión de la canción

La canción emerge:
Sobre esta base rítmica de la realidad, se añaden los elementos orquestales (cuerdas, vientos) y la voz de Björk. De esta forma, la música literalmente brota de la opresión de su trabajo.

Este proceso se repite en otros números, el traqueteo de un tren se convierte en el ritmo de una persecución musical, y los ecos de un juicio legal se convierten en una pieza coral.
La banda sonora es esencialmente un conjunto de arias modernas, una ópera pop. Björk, conocida por su innovador enfoque musical, utiliza la orquestación de una manera poderosa, casi brutal.
La música es exuberante y emocionalmente grandiosa, sirviendo como el escapismo total del Selma. Utiliza grandes arreglos de cuerdas y metales que contrastan dramáticamente con el minimalismo visual y sonoro de las escenas de “realidad”.
Las canciones rinden homenaje a los grandes musicales de Hollywood, pero con la característica estructura melódica vanguardista de Björk.

el ritmo y la canción dentro del ruido más mundano y doloroso.
